marzo 20, 2025

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[Crónica] Ela Minus en Madrid (Sala Nazca, 18 de febrero de 2025)

“… melodías que al ser cantadas expulsan la pesadumbre ante la que hemos sucumbido ”. Estos versos de ‘BROKEN’, primer single del segundo álbum de la colombiana Ela Minus, podrían funcionar perfectamente como gancho para atraer a la gente a sus actuaciones en vivo. De alguna manera, esta idea hizo acto de presencia inherentemente en el conjunto de asistentes congregados una fría noche de martes en la sala Nazca (Madrid), colgándose el cartel de “sold out” a pocos días de la celebración del evento. Tras una serie de conciertos participando como acto telonero para Caribou, asistimos a uno de los 3 conciertos restantes de su gira europea, esta vez como headliner, y durante la que ha ido presentando su recientemente estrenado nuevo álbum, «DÍA».

Sobre el escenario, un rig compuesto por un conjunto de secuenciadores, samplers y sintetizadores polifónicos. Destaca la ausencia de ordenador portátil, una rara avis en el actual mundo de la electrónica (al menos hoy en día). En varias entrevistas durante su corta etapa como solista, Ela destaca la acción de apartar cualquier elemento que le confiera sensaciones visuales a la hora de generar nuevas melodías y producir música, dejando espacio para llevarse consigo únicamente las sensaciones táctiles y auditivas sobre las que empezar a asfaltar los caminos de su creatividad.

A las 9 de la noche, se encendió un foco situado por detrás de dicho rig, hacia el cual apuntaba. Envolviéndolo en un blanco celestial en semejanza con un halo, y en conjunto con el ambiente neblinoso creado la máquina de humo, el set-up se convirtió en una especie de lugar de oración al sinte, un altar al que no tardaría en acudir su correspondiente sacerdotisa para que así comenzara esta particular misa de electropop.

Micro en mano, o colgando por medio del cable alrededor de su cuello en las ocasiones que requerían bien baile o bien intervención sobre los potenciómetros y almohadillas en el rig, Ela Minus arrancó su “sermón” con ‘ABRIR MONTE’,  la ya mencionada ‘BROKEN’, y ‘IDOLS’’, canciones que conforman el comienzo de su LP sophomore. El foco central iría cambiando de color con cada canción, empleando también el azul, el amarillo, el margenta o el rojo; en su conjunto con el equipo de luces de la sala, la producción del concierto destacaba por un minimalismo elegante, sin llegar a iluminar a Ela desde el frente en prácticamente ningún momento, y con la aparición esporádica de ligeras luces cegadoras acompañando a los kicks con el objetivo de arrancar una secuencia de palmas por parte de la audiencia.

Tras esta serie de temas, la bogotana pasó directamente a ‘I WANT TO BE BETTER’, con la que  nadie del público se quedó sin entrar en calor con su propuesta; moviéndose de un lado para otro a la par que reflejaba brillantemente mediante su lenguaje corporal lo que podía inspirar esta canción (y las que quedaban por venir), prácticamente no quedaba nadie entre las personas allí presentes que no se subiera a este barco. Por si acaso, nos llevó a su primer largo «Acts Of Rebellion» para bailar con los bucles sonoros presentes en ‘megapunk’ y en la celebradísima ‘el cielo no es de nadie’.

Llegados a este punto, ella se paró durante un par de minutos para agradecer al público que la acompañarán esa noche, recalcando lo emocionada que estaba por ver la sala llena en una noche entre-semana, por la recepción con la que estaba siendo recibido «DÍA», y por percibir en varias ocasiones hasta ese punto a múltiples asistentes cantando sus letras. Tras ello, se dispuso a interpretar ‘IDK’ y ‘QQQQ’, las cuales implicaron su mayor dedicación y desempeño frente al panel de botones que dan forma a su “batería de sintes” (recordemos que ella empezó como percusionista en Ratón Pérez, banda de post-hardcore de su ciudad natal).

Tras volver de nuevo a su primer LP por medio de ‘dominique’, Ela Minus encaró la recta final de la velada con el trío formado por ‘ONWARDS’, ‘AND’ y ‘UPWARDS’ (esta última muy bailada por la gente allí congregada), y con el cierre de «DÍA», ‘COMBAT’. Si bien dejó el pabellón en alto con esta última canción, gracias a un muy buen build-up con el que suelta a “ los pájaros nacidos en jaulas que no le tienen miedo a nada ”, se podría decir que la forma en la que concluyó el concierto fue agridulce: tras un set de 50 minutos, no se redondeó el tiempo total a una hora, con la gente esperando la realización de un bis con el que se cumplieran dichas expectativas. La decepción del público fue notoria tras esperar un par de minutos para acabar viendo cómo un técnico de la sala (o del equipo de la artista) confirmaba mediante brazos en X el fin de la “misa”. Se podría decir que nos quedamos con algo de hambre.

En cualquier caso, y siguiendo con las metáforas eclesiásticas, este disco y esta gira se pueden distinguir como el sacramento de la confirmación para Ela Minus. Quién sabe cómo de rápido alcanzará el siguiente, pero por el momento quedan todavía ocasiones con las que continuar demostrándose como nuevo baluarte del electropop, como es el caso de la próxima edición del Primavera Sound.

Fotos: Redporteros (Barcelona)



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