Primero lidiamos con un esbirro de Bowser con la publicación de los mejores «promesas» del año. Hoy llega el primer «final boss»: la lista de los mejores discos de 2024. Una selección con los 50 álbumes que han coronado el año, abarcando obras de bandas y artistas nacionales como Tarta Relena, Tenue, Ramper o Alcalá Norte, y otros de internacionales, como Fontaines D.C, The Cure, Chat Pile, Julie, Vampire Weekend, Cassandra Jenkins, DIIV o Chelsea Wolfe, entre muchos otros.
50 – Santacreu – Cançons d’Amor, Dol i Enyorança
Muscular y expansivo, el sonido de Santacreu te invita a un viaje por un particular universo de letanías disonantes y parajes cósmicos llenos de emoción, tanto en la voz de Eugeni Pulido, como en las monumentales catedrales sonoras que erigen él, Kandro Ruiz y Guillem Bosch. Construcciones bien arraigadas en el doom, con ese punto opresivo y denso que va empequeñeciéndote ante la tormenta, para luego liberarte de ti mismo, levitando por encima de un lecho sonoro que incorpora muchos más elementos, lleno de matices que enriquecen aún más la propuesta. Porque ‘Cançons d’Amor, Dol i Enyorança’ es una inmersión que pide algo más de lo habitual, pero nos recompensa con una experiencia cercana a lo espiritual, como los mejores exponentes del post-metal. Un debut apabullante / Nil Rubió
49 – Waxahatchee – Tigers Blood
Katie Crutchfield llega a su sexto disco con el suficiente bagaje, inteligencia, aprendizaje, confianza en su talento y punto de madurez, para que todo confluya en el que puede ser su mejor hasta la fecha. Vital y vibrante como nunca, alegre y muscular por momentos, sin abandonar su ojo preciso para desmenuzar la condición humana desde la experiencia y la introspección. Sus canciones te abrazan, su voz te atrapa, su lírica es exuberante y la banda que ha juntado para plasmar sus composiciones la acompaña como nunca. Con su productor habitual Brad Cook, se ha sumado gente como Spencer Tweedy, Phil Cook y MJ Lenderman. Es con el último, que aporta voces y guitarra en todas las canciones, que canta ‘Right Back to It’, pieza central del disco y uno de los temas del año. Un disco de una calidez inigualable / Nil Rubió
48 – Full of Hell – Coagulated Bliss
El disco más «accesible» de Full of Hell y tal vez uno de sus más confusos. Por eso es tan bueno. No existen barreras estilísticas dentro de lo extremo para los de Maryland y este ‘Coagulated Bliss’ es sin duda el mejor ejemplo de su carrera, discos colaborativos a parte. Doce canciones que, en apenas 25 minutos, te hacen viajar de extremo a extremo de los sonidos más experimentales del metal moderno. Ráfagas tormentosas de pura agresividad y a su vez de una precisión matemática inigualable. Sin olvidarnos tampoco de la histérica Gasping Dust junto a Ross Dolan de los míticos Immolation o el temón de cierre junto a Jacob Banon de Converge, Malformed Ligature / Sergi Cuxart
47 – Tarta Relena – Es Pregunta
«Es Pregunta» profundiza en temas de contemplación trágica, retratando la tensión entre fuerzas naturales y humanas enfrentadas a consecuencias misteriosas e inevitables. El álbum es un viaje conceptual a través del destino, el conocimiento y la lucha por reconciliar nuestro futuro con las realidades presentes. Influenciado por los pueblos mediterráneos, los lamentos georgianos y las obras místicas de la visionaria Hildegarda de Bingen del siglo XII, Tarta Relena crea un universo sonoro vibrante donde lo anacrónico está a la orden del día sin perder un foco puesto en el futuro / Pablo Porcar
46 – High Vis – Guided Tour
Otro año pasa y High Vis continúan estando amparados bajo el etiquetaje «emergente». Eso sí: suenan a grupo bien maduro, y bien consolidado. Con «Guided Tour» esta formación de post punk con aderezo post hardcore se destapa carburando cierto espíritu «catchy» que bien podría recordar a momentos al apropiado por Militarie Gun hace solo un añito. Hay hits de espíritu punk rock (‘Drop Me Out’) aunque falta, quizás, algo más de redondez al trabajo / Pablo Porcar
45 – Julie Christmas – Ridiculous and Full of Blood
La reina del metal underground ha vuelto por la puerta grande. Demasiado tiempo ha estado callada, catorce años desde su ‘Bad Wife’ y ocho desde uno de los mejores discos de metal de la década pasada, el ‘Mariner’ con Cult of Luna. Pero por fin, tras esta larga travesía por un silencio discográfico, Julie Christmas regresa de nuevo a nuestras orejas con este más que sobresaliente ‘Ridiculous And Full of Blood’. Su voz de niña björkiana se ve contrastada brutalmente por una potencia instrumental a cargo de nada más y nada menos que Johannes Persson de Cult of Luna (pone vocales también en End of the World), Chris Enriquez de Spotlights, Andrew Schneider de Kenmode o Unsane, John LaMacchia de Candiria y Tom Tierney de On the Might of Princes, una alineación de ensueño, vaya. Himnos post-metal que se entrelazan con giros de pop alternativo, noise o shoegaze, pero siempre capitaneados por el increíble canto de esta sirena de las profundidades que es Julie Christmas.
44 – Been Stellar – Scream from New York, NY
Un grito sordo resuena en las grandes avenidas de New York. Sale de las cuerdas vocales de Been Stellar, la nueva sensación rock de la ciudad que nunca duerme, que en el fondo viene a representar a una escena que, ironías de la vida, nadie la despierta. Si en la línea 4 de esta reseña insistimos en hablar de New York ya es cosa de la banda, que ha titulado su álbum debut «Scream from New York, NY». El relato del panorama que encapsulan en este disco es explícito en forma y contenido. Por fuera es puro rock noventero (con sus matices), distorsión y guitarras, acercamientos al emo, cariño por el slowcore y nostalgia calcinada al nivel de sus compatriotas The Walkmen. Por dentro, articulan un discurso donde predomina el vacío, la soledad y el hastío, como si pusieran un espejo enfrente de esa ciudad desolada que ellos ven y sienten. Empiezan con ‘Start Again‘, donde se cagan en NY (New York, wasted, start again, start again!) y acaban con ‘I Have the Answer‘, una bonita (¿e involuntaria?) paradoja de lo que supone este álbum tras el décimo tema: la devolución de un cachito de una Manhattan de la que se sienten deudores, y que en el fondo aman. Cantando «I have the answer, Just for a little while» cierran un trabajo que rascaelcielo de la escena rock neoyorquina y que deja un final abierto. En medio de guitarras ensordecedoras que se deshacen en el shoegaze, a Been Stellar se les oye pero, sobre todo, se les escucha. Y no precisamente por gritar / Màrius Riba
43 – BIG|BRAVE – A Chaos Of Flowers
Los canadienses mezclan la calma con la tempestad como nadie. El título de este último trabajo de Big | Brave, ‘A Chaos of Flowers’, refleja a la perfección lo que hacen, un minimalismo maximizado lleno de contrastes y claroscuros. Catarsis continuas llenas de belleza y delicadeza que a su vez coexisten con explosiones de caos. Un monumento sonoro a la naturaleza muerta / Sergi Cuxart
42 – Still House Plants – If You Don’t Make It, I Love You
El trío experimental británico se cuela en el ránking con «If I Don’t Make It, I Love U«, un disco que destaca por el desafío que plantea a la música convencional, y su gran baza es la capacidad de Still House Plants de funcionar como un robot de cocina, mezclando ingredientes al mejor estilo comida fusión para generar un plato deliciosamente extraño pero que entra como un estrella michelín. Canciones como ‘M M M’, ‘No Sleep Deep Rsk’ y ‘Sticky’ nos sirven de aperitivo minimalista para quedar más que satisfechos con la intensidad introspectiva del grupo. No hay que ir con prejuicios a la hora de escuchar este disco, ya que está lentamente trabajado a fuego lento para quedarse en el paladar por horas y horas. Still House Plants son a la música lo que es el all i oli a la comida, no te lo podrás sacar de encima y morirás de gusto / Sebas Rosas
41 – Respire – Hiraeth
Otros canadienses que se cuelan en la lista, esta vez el colectivo Respire que con su cuarto larga duración que fusiona post-rock, screamo con sus arreglos de violines y trompetas, lo que hacen de «Hiraeth» una maravillosa experiencia que deambula entre la melodía y la agresividad marca de la casa. Tal cual, cuando te arropas en invierno, Respire saben manejar los tempos perfectamente, tal y como lo adelantaron con sus sendos singles ‘Keening’ – que abre el disco – ‘Distant Light of Belonging’ y ‘The Sun Sets Without Us’ dejando a cualquier competidor en la misma lona, en un año bastante bueno para el screamo en general con buenos lanzamientos como el de Touché Amoré, State Faults o Infant Island, Respire sacan jugo de sus bondades con elementos clásicos, lo cual les hacen menos ásperos dentro del género, pero se mantienen igual de feroces que siempre, reflejando esa capacidad de equilibristas que ya habían enseñado en otros discos como «Black Line» o «Dénouement». Cabe destacar el paso del cielo al infierno entre la ya mencionada ‘Keening’ para dar paso ‘The Match, Consumed’ mucho más pesada y lobezna que refleja muy bien lo que es todo el disco en general. Cambios de humor y de sonido como los que tienes cada vez que es lunes y se acaba el fin de semana / Sebas Rosas
40 – Jamie XX -In Waves
Casi una década ha pasado desde la publicación de “In Color”, el disco que creó la insignia del sonido de Jamie XX y supuso un cambio de rumbo en el mundo de la electrónica. En todos estos años el londinense se ha sumergido en la búsqueda de sonidos y matices de la pista de baile, donde este disco encaja a la perfección. “In Waves” explora el house mezclando samples de soul con elementos del UK garage, beats repetidos y vocales sampleadas que componen 12 temas diseñados para escuchar a las 3 de la mañana. En esta ocasión también colabora con sus dos amigos del alma Romy y Oliver Sim, que también forman parte de su banda The XX, en la nostálgica ‘Waited all Night’. El resto del álbum está plagado de artistas invitados cono Honey Dijon, Robyn, Panda Bear y The Avalanches entre otros. “In Waves” celebra la madurez y consagra a Jamie XX, no solo como uno de los mejores productores del momento, sino también como un maestro de la electrónica / Fátima Conde
39 – Pearl Jam – Dark Matter
Gran aliado el que Pearl Jam han encontrado en Andrew Watt. El productor, fan devoto de la banda, ha respondido a la oportunidad de su vida con el moldeo de «Dark Matter», disco con el que la banda de Seattle ha llevado su sonido hacia el enfoque más cercano al rock de estadios. Rompiendo por fin con ciertas tradiciones (esa historia de los 3-4 temas punk de cada arranque se hacía harto previsible), este nuevo álbum sabe meter mano en nuevos ingredientes (ese punto semi ambient y casi «Zimmeriano» de ‘Upper Hand’) y explotar el rojo corazón de buenos temas como ‘Wreckage’, ‘Waiting For Stevie’ o una ‘Setting Sun’ que mejora con los minutos. Buen paso hacia adelanto de Vedder y cía / Pablo Porcar
38 – The Smile – Wall Of Eyes
The Smile aparecieron en nuestras vidas cuando la fiesta del COVID todavía no había terminado pero ya sufríamos los efectos de su resaca. El nuevo proyecto de las caras más visibles de Radiohead junto a Tom Skinner se presentó con un certero “We are called The Smile, not the smile as in haha, more of the smile of the guy who lies to you everyday», y puso la banda sonora perfecta a ese estado generalizado de incertidumbre a caballo entre la paranoia y la melancolía. Lejos de quedarse en un one-off, se han prodigado en giras y este año nos han regalado dos LP; el que nos ocupa, ‘Wall Of Eyes’, dura solo 7 minutos menos que su predecesor, pero está mucho más acotado en lo musical y en lo temático. Las letras de Yorke se focalizan en la hipervigilancia tecnológica, la corrupción, y un sentimiento entre la ansiedad y el descreimiento; las melodías y ambientes de Jonny Greenwood se sustentan en arpegios abarrocados y disonantes y en su habitual explayamiento multiinstrumental; el virtuosismo de Skinner toma aquí forma en una elegantísima contención de los tempos. En conjunto, un álbum conciso y redondo que nos deja para el futuro temas excelentes como ‘Friend Of A Friend’, ‘Bending Hectic’ o el homónimo ‘Wall Of Eyes’ / Pau Ortiz
37 – Ramper – Solo Postres
Ramper, héroes del post todo made in Granada, nos deleitan con «Solo Postres», álbum editado bajo Humo Int. en el que se llega al nivel de exquisitez anhelado desde su anterior disco. Pasado, presente y futuro convergen en un LP con arraigo folklorico en el que intuimos cierta deuda de Low, Swans, Have A Nice Life y Slint. De los pocos grupos nacionales que bien sabe brillar dentro de la oscuridad / Pablo Porcar
36 – Kendrick Lamar – GNX
Una de las mayores sorpresas del 2024 ha sido “GNX”, sin previo aviso y sin singles publicados Kendrick Lamar publicaba su sexto disco de estudio. Hace apenas unos meses protagonizó un beef ya histórico con Drake, sirviendo de pretexto para lanzar más temas a la palestra y aumentar su leyenda como rapero. “GNX” nos trae 12 temas exquisitos de hip hop y rap melódico, fusionando sonidos latinos y haciéndolo más accesible que otros trabajos anteriores. Un elemento fundamental son las voces de la cantante mariachi mexicana Deyra Barrera, que acompañan en varios temas añadiendo una influencia latina. El sonido esta vez es más escueto, sin florituras y grandes percusiones, con una atmósfera más limpia y escueta. Cuenta con varias colaboraciones, como SZA que pone su delicada voz en los temas ‘Luther’ y ‘Gloria’, donde se mezclan el R&B y el pop en dos propuestas exquisitas. El californiano reivindica su pasado en sus introspectivas letras volviendo a sus raíces, abordando temas como la fama, el legado, los problemas sociales y las heridas intergeneracionales. “GNX” quizás no sea una obra redonda, pero cerciora que Kendrick Lamar es uno de los mejores raperos de nuestro tiempo / Fátima Conde
35 – Tenue – Arcos, bóvedas, pórticos
El trío gallego Tenue nos presenta su tercer álbum, «Arcos, bóvedas, pórticos» y se dice poco, pero vaya pelotazo, lástima que su música no sea estrictamente comercial porque el puñetazo es gordo. A lo largo de poco menos de 40 minutos, este disco abre con ‘Inquietude’ de 9 minutos, y estoy dispuesto a discutir con quién sea porque esta es la mejor canción nacional del año, su crust y screamo se combina con emoviolence midwest y hasta con bossa nova para dejar el listón más alto que el árbol de navidad de Vigo. El post-black metal es un género que estos tres zagales trabajan muy bien y cosen delicadamente a lo largo de «sólo» cinco canciones baten a su anterior trabajo «Territorios» que no era moco de pavo, por cierto. ‘Letargo’, Distracción’ y ‘Unión’ son otras buenas compañeras de viaje que va entrelazando historias, con subgéneros musicales en este trabajo DIY con aliento a licor café. Larga vida a Tenue y que esa fuerza no se extinga nunca / Sebas Rosas
34 – Metz – Up On Gravity Hill
Quién diría que a la hora de estar escribiendo esta reseña el trío canadiense formado por Alex Edkins, Chris Slorach y Hayden Menzies pondría un punto y aparte en METZ como banda, su quinto disco «Up on Gravity Hill» es una muestra de lo que su camino como grupo ha ido recorriendo a lo largo de 15 años de carrera. Por allí queda el furioso disco homónimo con el que nos robaron el corazón, para no soltarlo jamás, porque si algo hemos aprendido de nuestros canadienses favoritos, con permiso de GY!BE es el reto que supone cada uno de sus trabajos. En este lapidario disco, METZ mantiene su adn noise para incorporar elementos más pops y melódicos que ya pudimos testear con el disco solista de su cantante y su proyecto Weird Nightmare, quizá inconscientemente nos quieran adentrar a esos parajes más tenues y etereos, y quizá desde la elección de los colaboradores podríamos decir que es así: Owen Pallett en los arreglos de cuerdas y Amber Webber en las voces de su primer single ‘Light Your Way Home’ enriquecen el álbum, añadiendo profundidad emocional. Otras piezas como ‘No Reservation / Love Comes Crashing’, ‘Entwined (Street Light Buzz)’ o ’99’ nos trae al lado más primigenio de la banda pero con esa capa renovada y luminosa que han planteado en este trabajo. Queda ver si habrá algún reencuentro de estos tres mosqueteros en el futuro, sino agradeceremos siempre los muchos conciertos que nos han hecho sudar, poguear y florecer un verdadero amor por METZ como banda destacadísima de los últimos años. Siempre en nuestros corazones / Sebas Rosas
33 – meth. – Shame
Mugre y ansiedad por igual. Pura abrasión sonora que destroza cualquier atisbo de alegría que pueda entrar por tus orejas. Guitarras llenas de disonancia, voces abisales llenas de agonía y una base rítmica densa y potente que hacen de este ‘Shame’ de los americanos meth. uno de los discos de metal experimental más interesantes de este 2024. Cuesta meterse en este segunda larga duración de los de Chicago, no vamos a negarlo, pero una vez dentro de él, es imposible salir. Mezcla de grindcore, mathcore, noise y sludge que seguro atrapará a los fans de lo extremo. Café para muy cafeteros, vaya / Sergi Cuxart
32 – Idles – Tangk
Ver a IDLES presentar su explosivo nuevo disco «Tangk» en el Sant Jordi Club en parte nos permite colocarlo en este ranking. Seguramente ha sido el bolo más diabólico del año, por extensión, este trabajo, presentado en directo, ha logrado sacar la genuina ferocidad que más nos conecta con los de Bristol, a pesar de ocupar lares estilísticos relativamente nuevos (impensables años atrás). Hablamos de las envolturas sintéticas de ‘POP POP POP’, de las acapellas de Joe Talbot en temas como ‘A Gospel’ o de ‘Dancer’, que el mero hecho de ser colaborativa con LCD Soundsystem ya posiciona al álbum en una línea conceptualmente distinta en lo musical. Con todo, siguen sudando punk a chorros, pero más en la actitud con la que abordan los temas, que con las propias canciones. Digamos que ‘Gift Horse’ y ‘Grace’ actúan de pilares de un disco que en directo es prácticamente como una acrópolis. Al disco se le juzga desde el Spotify y desde la pista. Y en este sentido, es una grata sorpresa ver que incluso en formato balada les sale escupir / Màrius Riba
31 – Drug Church – Prude
«28 minutos de agresión y «hooks» noventeros son los que comandan la función en un «PRUDE» que sabe tocar todas las teclas, y tocarlas muy bien. Drug Church con esta obra han expandido sus alas, para abarcar diferentes influenciadas implementándolas a su estilo de forma bien orgánica. De este ejercicio de asimilación, como si de un octópodo se tratase, ubicamos la mestiza ‘Hey Listen’ con ramalazos «The Smithsnianos» (esos punteos les detallan) o una ‘Chow’ de perfil post punk de versos con ecos al siempre reconocible Paul Banks de Interpol» / Pablo Porcar. Crítica de «PRUDE».
30 – Trauma Ray – Chameleon
Con lo abrasivo como clara seña de identidad, Trauma Ray se han destapado en el pasado octubre con la edición de «Chameleon», álbum debut grabado junto a Mario Cernadas que ahonda en la parca como eje conceptual del mismo. «La muerte es la temática del álbum«, comenta Avila. «Y un camaleón, como la muerte, puede cambiar de forma en nuestras vidas d diferentes maneras«. El LP, con piezas tan distintivamente «Nothing» como ‘Bishop’, se ha destapado como uno de los trabajos más llamativos concebidos en el género a lo largo de este último semestre. ‘Bardo’, con sus aullidos de «lead guitar», es un buen distintivo de esa membrana abrasiva a la que con tanto esmero pretende acercarse la banda. Aclarando para los más puristas: dichos derroteros ya han sido transitados por Narrow Head y coetáneos en estos últimos años / Pablo Porcar
29 – Alcalá Norte – Alcalá Norte
Que alguien esté leyendo con recelo o entusiasmo esta línea que no dice nada ya lo estaría diciendo todo. Alcalá Norte genera sensaciones, y cuando eso sucede casi siempre es porque hay una buena propuesta musical detrás. Lo más destacable en ellos sin lugar a dudas es su estilo. Al igual que en su día Carolina Durante sacudieron la movida musical madrileña, este trío ha hecho lo mismo a tenor de un gran hit: ‘La Vida Cañón’. Con cierta Depresión Sonora mediante, versiones vecinas (el temazo de ‘Un Cosquilleo’ de La Paloma), dejes smithianos (‘No Llores, Dr G’) y una gran vocación por generar canciones con ínfulas de hit (‘La Calle Elfo’ o ‘La Sangre del Pobre’, sin ir más lejos), Alcalá Norte se colocan como uno de los grupos con más proyección del panorama musical estatal. Normalmente el primer disco homónimo de una gran banda es el que guardamos con más cariño. Así que ya veremos en unos años. / Màrius Riba
28 – DIIV – Frog In Boiling Water
El desazón se apiadó de DIIV en la pandemia. De esos polvos surgió «Frog In Boiling Water», un disco de sonido embarrado en el que la banda de Brooklyn juega con su sonido más anfibio para hablar largo y tendido sobre aislamiento y pesadumbre. Sin ser un disco de grandes singles, los shoegazers continúan demostrando su condición de grandes creadores de piezas robustas, como la hipnótica ‘Soul-net’ o la alicaída ‘Everyone Out’. Menos siempre es más con ellos / Pablo Porcar
27 – Crippling Alcoholism – With Love from a Padded Room
Una primera escucha a ‘With Love From a Padded Room’ de Crippling Alcoholism y te ves sumido en un vacío existencial del que es difícil salir. El segundo trabajo de una de nuestras promesas de este 2024 es sin duda una de las grandes sorpresas que nos ha dejado la música oscura este año. Croonerimos ruidista con toques de post-punk y mucha influencia del math-core. Sintetizadores desgarradores, atmósferas góticas y voces llenas de ansiedad que harán las delicias de quienes más rotos estén por dentro, o no / Sergi Cuxart
26 – Mannequin Pussy – I Got Heaven
«Fui a pasearme como un perro sin correa» es un buen status quo del cuarto disco de Mannequin Pussy: una fiera domesticada a la que mejor no tocar si te la cruzas por la calle. La cita inicial es del primer tema de «I Got Heaven», un álbum donde las norteamericanas parecen haber somatizado una parte importante de esa pulsión feroz de sus anteriores trabajos. Pero eso, parece. Lo chulo de este disco es dejarse engañar. Creer que las de Philadelphia han usado ese entrañable jabalí como medium para conectarse con su alma artística más adiestrada. En parte es cierto, porque ‘I Don’t Know You’ o ‘Softly’ se dejan acariciar. Y ‘Sometimes’, con unas guitarras más pulidas que grasientas, también. Ahora bien, ya lo decíamos al principio, mejor no tocar. Porque esta entrega también embiste con arrebatos hardcore, como el choque de trenes que protagonizan los interlocutores de ‘OK? OK! OK? OK!’ o los ritmos dislocantes de ‘Aching’. El resultado queda en la heterogeneidad. Un álbum que explora, que no renuncia, y que resuelve con nota / Màrius Riba
25 – Magdalena Bay – Imaginal disk
‘Imaginal Disk’ es obra de alguien que se lo está currando cacho. Mica Tenenbaum y Matthew Levin, el dúo tras Magdalena Bay, han puesto toda la carne en el asador en la creación de su segundo LP, casi podríamos pensar que con la intención subyacente de que la etiqueta “pop” se les quede pequeña, y huelga decir que lo han logrado; tenemos entre manos un disco conceptual con una producción hiperelaborada y de largo alcance que en una primera escucha ya es capaz de dejar con la boca abierta a cualquier oyente primerizo. ‘Death & Romance’, el primer single, o ‘She Looked Like Me!’, tema inicial del álbum, explicitan su declaración de intenciones con una amplia paleta de colores cargada de creatividad y coherencia. A medida que avanza el asunto uno espera que alguna canción entre en un terreno más estable, pero siempre llega el derroche de detallismo, con florituras por doquier y una ambición musical que no parece querer dejar de incrementar la calidad del conjunto, de llegar siempre un poco más lejos (agradecimiento especial a ‘Cry for Me’ por regalarnos el crossover bailongo entre Vangelis y ABBA que no sabíamos que necesitábamos) / Pau Ortiz
24 – Mount Eerie – Night Palace
La música de Mount Eerie siempre se ha sentido cómoda transitando los senderos más experimentales del folk a caballo del existencialismo lírico. Hace algo menos de una década, una tragedia asoló la vida de Phil Elverum, y su creatividad dio forma al dolor de un modo absolutamente estremecedor (véase ‘A Crow Looked at Me’). Unos cuantos LP más tarde, y hasta habiendo reabierto la carpeta de su proyecto pretérito con el excelente ‘The Microphones in 2020’, Elverum parece haber recobrado la capacidad para la poesía (verbal y musical) tras la austeridad del duelo -aunque ésta ni se ha ido del todo ni se irá nunca más-, y nos presenta con ‘Night Palace’ una obra monumental, 80 minutos y 26 temas que de poco serviría ponerse a desgranar. Este no es un álbum para escuchar desenfadadamente ni para pescar temillas, sino un objeto artístico y espiritual de mayúscula riqueza en el que sumergirse a corazón abierto / Pau Ortiz
23 – The Marias – Submarine
La banda confirmó su popularidad con el tema ‘Un atardecer’ en colaboración con Bad Bunny, con tan solo un disco publicado y nominado a los Grammy y varios EPs, “Submarine” ha supuesto la consagración de la banda. Su trabajo anterior “Cinema”, giraba alrededor del color rojo y emanaba un sonido más pop y luminoso, mientras que “Submarine” nos sumerge en el azul profundo del océano llevándonos a una experiencia introspectiva. El disco está diseñado para disfrutarlo sensorialmente, en una inmersión donde el jazz se fusiona con el pop psicodélico con tonos más suaves y melódicos, sonido insignia de la banda. Las letras nos hablan de rupturas, de melancolía y desarraigo, pero también de nuevos comienzos con dulce optimismo. María Zardoya la vocalista, nos cuenta como superar una relación acabada (su ex pareja y también actual batería de la banda Josh Conway), donde todas las memorias compartidas siguen latentes pero ese amor ya se ha transformado. Esa madurez emocional queda reflejada en temas como ‘Run your mouth’ o ‘Lejos de ti’, mostrando vulnerabilidad y sinceridad de una forma exquisita» / Fátima Conde
22 – Caribou – Honey
El canadiense regresaba este año con “Honey” una propuesta de electrónica radiante, donde fusiona voces distorsionadas, ritmos garage y texturas dance, en 12 temas perfectamente alineados para una pista de baile. Destacan los toques de pop ochenteros y house en canciones como ‘Over now’ y ‘Climbing’, la nostalgia en la lenta ‘Campfire’ y los ritmos acelerados de ‘Do without you’ y ‘Dear Life’. E incluso juguetea con el clásico de 1987 ‘Pump Up the Volume’ de M/A/R/R/S, donde añade voces dándole más versatilidad al tema en ‘Volume’. Dan Snaith se reinventa y explora las posibilidades de la IA modulando su voz hasta para hacerlas femeninas, este arriesgado movimiento supone aumentar el debate ético sobre el uso de las nuevas tecnologías. Pero lejos de distanciar al oyente, “Honey” se adentra en un terreno innovador, logrando un resultado fresco sin perder la esencia propia de Caribou / Fátima Conde
21 – Touché Amoré – Spiral in a Straight Line
Quizás no sea su disco más redondo pero «Spiral In A Straight Line» es otra demostración más de que Touché Amoré saben concebir obras bien completas, y con un core moldeado a raíz de la idea de marcarse hits. Esto es lo que se alardea en el LP: desde los latigazos de ‘Nobody’s’ ya se entiende que apenas relleno va a haber en el trabajo. Pieza clave y punta de lanza: ‘Mezzanine’. Con sus idas y venidas, sumadas a la delicadeza melódica de ‘Goodbye For Now’, ya tenemos buenas migas musicales para meses / Pablo Porcar
20 – Mk. Gee – Two Star
El disco de debut de Michael Gordon es un ejercicio de alquimia musical plasmada con una seguridad nada habitual en estas circunstancias. Su música ha madurado en un proceso de creación muy particular, su control sobre su técnica y expresión es único, original, pero a la vez familiar. Gordon, o Mk.gee como se nos presenta al mundo, confiere a sus guitarras un sonido propio, innovador en su ejecución, tan preciso como dúctil, en el que reinan las texturas, y el espacio acústico, desde lo nocturno y acuoso a la luminosidad airosa, es ocupado en tres dimensiones. Redefine las convenciones sin renunciar a la accesibilidad y sirviendo a las melodías, por muy deconstruidas que se nos presenten. Sus canciones lo atesoran / Nil Rubió
19 – Geordie Greep – The New Sound
No había duda de que tras la disolución indefinida de Black Midi tendríamos noticias pronto de algunos de sus miembros (la peña con juventud y talento suele estar por la labor), pero que en cuestión de meses Geordie Greep iba a lograr reinventarse hasta este punto sin perder un ápice de su esencia no lo vimos venir. En el aptamente titulado ‘The New Sound’, nuestro anfetamínico y verborreico frontman presenta un desfile de personajes grotescos que mueven sus caderas a ritmo de jazz latino, poniendo a un ejército de músicos de sesión brasileños a servicio de sus perversiones y sus cuentos de desazón. Inevitable destacar las fantasías musicales de ‘Terra’ y ‘Holy, Holy’, o la indulgentemente épica ‘The Magician’. Una advertencia a los nuevos: para disfrutar de la obra de tan distinguido caballero hace falta un cierto grado de tolerancia para la rallamienta mental. Dentro del desquicio, cabría pensar que ‘The New Sound’ genera en conjunto menos dolor de cabecita que algunos de los álbumes que lo preceden, pero no deja de ser éste un tema personal / Pau Ortiz
18 – Fat Dog – Woof
El delirio metanfetaminado del año viene brindado de la mano de Fat Dog. Los británicos, algo nóveles en lo suyo, han hilado un delirante «Woof» que entremezcla electro punk, paisajes techno, los venazos rockeros más abrumadores y el espíritu ravero más industrial. «Woof» es rareza y también es discazo (válgame Cristo vaya temazo es ‘Vigilante’ + ‘King Of The Slugs’) canalizado para ser quemado (y también esnifado) en plena pista de la sala Apolo / Pablo Porcar
17 – Thou – Umbilical
Thou recuperan en Umbilical un sonido inicial que como diríamos en catalán: no és pas tou. Se alejan mínimamente de esa densidad más cercana al doom y sludge que ha caracterizado anteriores trabajos y colaboraciones más recientes para abrazar una crudeza más «hardcoreta», por decirlo de una manera. El colectivo de Louisiana sube el tempo y la agresividad en este nuevo trabajo dotando a su sonido aún más de una sensación de opresión monolítica que te golpea una y otra vez en los 10 cortes que forman su sexto disco de estudio / Sergi Cuxart
16 – Floating Points – Cascade
Menudo viaje se ha pegado Floating Points en estos 16 años de carrera. En el tiempo que The Cure han tardado en sacar un nuevo álbum (aunque nunca será una comparación justa para nadie, este año viene a cuento), el productor británico ha virado del jazz de base electrónica al IDM con alma de jazz. De acuerdo, así de primeras no parece un gran salto, pero en el trayecto que le ha conducido de una cara de la moneda a la otra, Sam Shepherd ha llevado sus composiciones por derroteros multiinstrumentales hasta el extremo de la música sinfónica con la misma facilidad con la que se ha convertido en solitario demiurgo de los sintes, basculando por los límites del género con una habilidad al alcance de pocos. En este admirable proceso de depuración, con este ‘Cascade’ ha aterrizado ahora de nuevo en pleno territorio de club. El arranque con ‘Vocoder’ demuestra un prodigioso manejo de las dinámicas, una de las mayores virtudes de Floating Points, que recorren el álbum alcanzando picos de éxtasis y baile (‘Birth4000’) sin olvidar la introspección ornamentada (la primera mitad de ‘Ocotillo’, que ya es todo un viaje en sí misma), desplegándose en una apabullante orgía sónica llena de riqueza y color / Pau Ortiz
15 – Vampire Weekend – Only God Was Above Us
Mandando a la mierda al mundo desde la primera estrofa, tan rebeldes como en 2008. Quien diría que han pasado 16 años del debut de Vampire Weekend, si la sangre fresca sigue corriendo a borbotones. Es como si en su quinto disco, «Only God Was Above Us», hubieran embalsamado el corazón de esa primera trilogía de álbumes que siempre latió a un pulso mágico. Sigue siendo así, a pesar del tiempo, y de precederles un disco bueno, que no brillante. Éste lo es, en forma y contenido, y ratifica un estado de prime que no es normal. Con su estilo indeleble los neoyorquinos clavan la estaca al concepto de «renovarse o morir». Aquí ni una cosa ni la otra. Suena el piano glorioso (‘Connect’), la melodía con vocación de Contra (‘Classical’), el claroscuro de vientos y violines (‘The Surfer’) y los coros celestiales (‘Mary Boone’) de siempre, en formas distintas y con letras que reflexionan sobre la fatídica convivencia de los habitantes del planeta tierra. Y con todo, no puede sonar más certero y original. Son mensajes directos a la yugular servidos en canciones geniales, 47 minutos que levantan una obra magna y romántica, como el castillo de Transilvania. Intachable e inmejorable, no hay ajo que pueda con este disco / Màrius Riba
14 – The Last Dinner Party – Prelude to Ecstasy
La cena está servida, y aviso que esto acaba en festival. Es el banquete clásico renacentista de hoy, donde las flores secas, las paredes tapizadas y la moqueta verde ocre visten el debut de The Last Dinner Party, un quinteto femenino de Londres unido por la música y la literatura. Estudiaron en King’s College (allí se conocieron algunas de ellas) y de esa amistad ha acabado surgiendo «Prelude to Ecstasy«, un álbum de porcelana que se apareja en esencia a la obra literaria Orlando (1928) de Virgina Woolf. Se define como una fantasía libre, en parte por tocar tabúes como la sexualidad femenina o el papel de la mujer dentro de la sociedad, en parte por crear paisajes sonoros que trastocan cualquier línea temporal. TLDP lleva corsé sin encorsetarse. Viste de la época, pero la cuestión es que vale cualquier época. Abigail, cantante principal de la formación, desnuda su voz como a un ángel que vuela alto y de forma sostenida, como una Olsen, y no lo digo porque se llame Angel. Es que qué control. Qué chorro. Arriba, abajo, o en segundo plano, con ella bendice la mesa de estos 12 apóstoles temas para que no cesen los brindis durante la cena; la copa de éxtasis acaba vacía, pero con este disco nadie se queda con sed, que ya es la idea / Màrius Riba
13 – Cassandra Jenkins – My Light, My Destroyer
La creadora de uno de los memorables discos de estos últimos años vuelve por la puerta grande con «My Light, My Destroyer», un disco que huye inteligentemente de la herencia spoken word para mostrar las mieles de sonar refinado, y bien etéreo. Con dejes que nos recuerdan algo a Annie Lennox y cía, Cassandra Jenkins se marca un discazo con pasajes tan épicos como el final de ‘Aurora, IL’ o una ‘Omakase’ que, a título personal, parte como clara candidata a mejor canción del año. Jenkins jamás ha estado más cerca de las estrellas / Pablo Porcar.
12 – Clairo – Charm
La estrella de bedroom pop Clairo (Claire Cottrill), publicaba su tercer álbum de estudio este 2024, una propuesta sólida, luminosa y madura en todos sus aspectos. La clara evolución de su proyecto nos trae una paleta de sonidos suaves y ritmos cálidos, posicionando los arreglos de piano y las percusiones delicadas en un primer plano. “Charm” es una mezcla magnífica de pop de guitarra lenta y vocales suaves, una producción exquisita de la mano de Leon Michels. Con temas que siguen la misma estela como ‘Thank you’ y ‘Juna’, y el aclamado ‘Sexy to someone’ en el que refleja su sonido insignia y detalla en sus letras melódicas la vulnerabilidad en las relaciones y el deseo de validación. Un disco compacto y sin sobresaltos, Clairo nos ofrece lo que se espera de ella obviando el factor sorpresa, pero demostrando su crecimiento y conectando emocionalmente con su público / Fátima Conde
11 – Chelsea Wolfe – She Reaches Out To She Reaches Out To She
Que tengo debilidad por Chelsea Wolfe no es novedad, pero en su séptimo álbum de estudio «She Reaches Out to She Reaches Out to She» marca una evolución significativa en su carrera. No olvida sus raíces goth-folk sino que las mezcla con pasajes electrónicos, fusionando trip-hop, darkwave y hasta lo industrial para crear una atmósfera oscura y envolvente que hacen de este disco un trance genial y profundo, tal cual pudimos comprobar no hace mucho en directo de la artista californiana en la sala Razzmatazz. El disco no esconde su verdadera cara, ya que desde el primer tema ‘Whispers in the Echo Chamber’, el tono inquietante se hace latente con sintetizadores que abrazan la distintiva voz de la cantante. El disco solo va para arriba con pequeños guiños a Portishead o Nine Inch Nails, canciones como ‘House of Self-Undoing’, ‘Everything Turns Blue’, `Tunnel Lights’ son puntos fuertísimos que se decoran con mi favorita personal y más suave ‘Place in the Sun’ en donde Chelsea saca a relucir toda su calidad para abrir paso a la poderosa ‘Dusk’ que sirve como epílogo perfecto de su disco más redondo hasta la fecha / Sebas Rosas
10 – Viva Belgrado – Cancionero de los Cielos
No es común toparnos con un top 10 «Binauralero» colmado por algún nombre nacional. Rosalías aparte, Viva Belgrado han obrado de nuevo el mini milagro con un «Cancionero de los Cielos» que juega en Champions League dentro de sus propios derroteros. Cándido y su séquito eleva hasta el firmamento el sonido de su grupo en un (efectista) experimento que nos remite a Parannoul, La Dispute y a otras propuestas contemporáneas. Hasta Whirr (ese ‘Perfect Blue’ rico) cuenta con su huequito en una obra mestiza y bien producida que sabe encontrar cierto sabor dulzón dentro de lo etéreo, sin jamás sonar empalagosa / Pablo Porcar
9 – Julie – My Anti Aircraft Friend
Deberíamos estar muy agradecidxs que haya caído un disco como «My Anti Aircraft Friend» en un año como este. El álbum debut de Julie es una oda perfecta a saber fusionar noise, shoegaze y slowcore. Tremendo ejercicio el suyo, no solo en labrar un trabajo bastante bien redondeado, sino también en demostrar en el tracklist que el trío son reyes en el noble arte de crear extrañas estructuras. Entrar en uno de sus temas es cómo entrar en una prueba de Humor Amarillo: sabes cómo llegas, pero no tienes ni idea si saldrás por tu propio pie de ella / Pablo Porcar
8 – Nick Cave & The Bad Seeds – Wild God
Un Dios salvaje sobrevuela nuestras cabezas como un ave prehistórica. Si empiezas a escuchar el último disco de Nick Cave y sus Bad Seeds, lo verás. Nick Cave es uno de los últimos grandes que queda en el panorama musical actual y además, mantiene altísimo el nivel tanto compositivo como escénico. Porque qué mejor que en pocos meses hayamos podido oír su nuevo álbum Wild God y verlo en directo. Si el disco nos hechizó, la puesta en escena de los temas, nos subyugó. Ganan en majestuosidad y fuerza; los coros, presentes en todo el álbum, nos retrotraen al gospel más genuino y dan una entidad mágica que despierta al más agnóstico. Es como asistir a una misa dirigida por un reverendo enervado y que exalta a las masas con sus santas palabras. Y es que es casi imposible destacar un tema. El estado de gracia de Nick Cave queda patente en todo el álbum. Los temas se suceden con un arranque de mucho nivel. Así, desfilan Song of the lake, Wild God, Frogs a cuál más emocionante. Porque es precisamente la emoción, la que define , este álbum, creado desde lo más hondo de un ser atormentado por la tragedia y que revive como una deidad. O wow, o wow, Long dark night, Conversion, todas suenan frescas e inapelables. Si te sientes solo y te sientes triste, y simplemente no sabes que hacer, “bring your spirit down” / Màrius Riba
7 – MJ Lenderman – Manning Fireworks
El cuarto álbum de MJ Lenderman lo confirma en su ascenso a figura indie de referencia, del country rock más slacker. Y es que en ‘Manning Fireworks’ consolida lo que ya explotó en ‘Boat Songs’, con otro disco de escucha sencilla, pero que va más allá, escondiendo cientos de recovecos líricos y sonoros propios de alguien con un ingenio fuera de lo común. Sus historias cortas y los personajes que las protagonizan se mueven entre lo mundano y lo surreal, desmitificando y deconstruyendo arquetipos, de forma banalmente poética, entrañable, con un imaginario único. La música, desde solos lánguidos y punzantes, licks cálidos y elegantes, riffs pasados por el pedal de fuzz, al pasaje acústico más evocadoramente disonante, no se queda atrás. Canciones tan bien elaboradas hasta los mínimos detalles que parece mentira que fluyan y lleguen de forma tan natural. Una joya / Nil Rubió
6 – Godspeed You! Black Emperor – “NO TITLE AS OF 13 FEBRUARY 2024 28,340 DEAD”
Un año con disco de Godspeed You! Black Emperor siempre es un buen año. Y al igual que no les hace falta voz, tampoco un título definido que a su vez se ha convertido en uno de los títulos más punzantes y necesarios de este 2024. Los canadienses lo han vuelto a hacer pese a unos primeros adelantos que podrían llevar a la confusión y hacernos pensar que iba a pasar sin pena ni gloria por las listas del año. ¡Qué equivocado estaba! Los GY!BE de esta década, junto su anterior ‘G_d’s Pee AT STATE’S END!’, consiguen condensar de nuevo la rabia de sus primeros discos pese a llevar más de 20 años en ello. Paisajes preciosistas, explosiones catárticas de belleza y crescendos emocionantes marca de la casa que siempre son de agradecer / Sergi Cuxart
5 – Charlie XCX – Brat
Poco más que hay que decir ya sobre el mayor fenómeno musical –y extramusical– de este año. Si 2024 ha sido algo, ha sido BRAT. Como bien lo definió Nicko Calderon de Knocked Loose, «El indie sleaze está de vuelta. Este disco es como huele tu encargado del curro en una tienda tras 3 días seguidos de farra en la discoteca.» Puro desenfreno dosmilero que a su vez marca como nadie el sonido de 2024. Hedonismo pop teñido de verde que ha empapado la mitad de este año, fuera y dentro de internet, con sus letras fuera de enfoque, sin hacer falta nada más. La coronación definitiva de Charli xcx, colocándola por fin en el lugar que merece del imaginario mainstream / Sergi Cuxart
4 – Gouge Away – Deep Sage
«Es obra, pero no hay que verla como ficción por muy teatrera que sea la reseña. Primero, porque detrás del antifaz de este quinteto mosquetero (más bien gladiador) hay un disco grabado en directo donde se puede palpar la tensión del rec sin pausas. Sale de dentro, y a ello se le añaden otras intensidades (si cabe) para captar el fuego con todos sus despidos. Segundo, porque todo nace de su contexto original, incluso el peculiar cierre de un telón que, siendo ceniza, lo restauran y tapizan con las costuras más elegantes del shoegaze. Son lo seis minutos de una ‘Dallas‘ que también fue compuesta en 2018, y que indirectamente (y ya no sé si queriendo) redobla el potencial de una banda que transcrita al clásico puro le harían un hueco en el Liceo. No quiero generar incendios con esta comparativa. La historia de Barcelona Gouge Away ya está escrita» / Màrius Riba. Crítica de «Deep Sage».
3 – Chat Pile – Cool World
«Llamado a ser uno de los grandes discos del 2024, «Cool World» es la prueba definitiva para que Chat Pile acaben llegando a ser reconocidos como el grupo de culto que ya merecen ser. Si «God’s Country» funciona mejor como conjunto que por un sesgo particular de temas, esta segunda referencia consigue poner «checks» en ambas exigencias. ¿Lo mejor del asunto? Que en el Outbreak pudimos degustar las mieles de su directo, y casi os podríamos decir que piezas como ‘I Am Dog Now’ suenan mejor en vivo que en estudio. Casi nada. Directos al cielo» / Pablo Porcar. Crítica de «Cool World».
2 – The Cure – Songs Of The Lost World
«En ‘Songs of a Lost World’ Robert Smith se saca las entrañas, se desnuda el alma y conecta con sentimientos universales desde su prisma más íntimo y personal. La pérdida (en los últimos años sufrió las de sus dos padres y su hermano), la vejez (acaba de cumplir los 65), las dudas sobre a qué agarrarse cuando casi todo lo que quieres desaparece. «Cuando no queda nada, salvo la fe», cantaba Smith en ‘Faith’ (1980). Aquello era angustia juvenil, ahora habla el dolor de la madurez. Si Nick Cave reflexiona sobre dioses salvajes, Robert Smith nos recuerda que estamos solos» / Carlos Forjanes. Crítica de «Songs Of A Lost World».
1 – Fontaines DC – Romance
«Es «Romance» su disco más inaccesible hasta la fecha, un álbum que inicialmente no conquista con la fórmula ritmo-melódica, sino mucho más con el diálogo -eso incluye, por supuesto, un sonido con una belleza y un código distintos-. En ese «todo al rojo rosa» está la decisión de trabajar con James Ford (Arctic Monkeys, Depeche Mode, Blur) después de haberlo hecho tantos años con Dan Carey. La banda lo tenía clarísimo: si hay que morir por amor, se muere. Y en estos casos, la jugada no suele salir mal, sobre todo si el foco está muy claro. Aquí la aproximación a un nuevo sonido y, por extensión, a una nueva idea de la banda mucho más cyberpunk, se aprecia incluso desde un plano puramente audiovisual, donde entran en juego producción e imagen de grupo. Esa víscera llorona hace total match con el nuevo look que destila el quinteto. En el disco no guardan cartas, van al grano y lo hacen evidente en ‘Romance‘, tema homónimo de apertura donde descifran de qué va toda esta movida: «That maybe my goodness has died / I pray for your kindness / Maybe romance is a place«. Romance igual a lugar y sacrificio. Su enfoque temático (menos autóctono, absolutamente universal) nos permite leer entre líneas y equiparar esta idea a su momento artístico. Uno muy distinto a los anteriores.» / Màrius Riba. Crítica de «Romance».
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