mayo 21, 2024

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Perro – ¿Te Acuerdas? | Crítica

No nos preocupamos demasiado cuando Perro, tiempo después de publicar Trópico Lumpen, decidieron dejar el proyecto en stand by. Reinaba un sentimiento inglés de que no se habían perdido, simplemente querían pirarse. Saber sabían volver. Y aquí están. 2024 ha resuelto con los murcianos de regreso a casa del amo (o sea, ellos mismos) para entregar “¿Te Acuerdas?” (Sonido Muchacho, 2024), un cuarto disco que hace recordable el hecho de cuestionar lo recordable. Un bucle de los suyos con el que dan todo el sentido del mundo a este disco. Esta esquina la han marcado muy bien, hasta el punto que parece más bien nitrógeno.

Puedes tener el olfato escacharrado o que no te vayan las guitarras, que reconocerás al momento un estilo tenaz y distinguido. Qué rabia. Me refiero, no es una queja, sino un halago a su carácter, que puede mandarte al hospital si uno no se vacuna. “¿Te Acuerdas?” es un ejercicio de pop grotesco, de cuerdas hostiles y otras melódicas, que rebañan los temas hasta astillarlos. Cuidado al tragar, que eso es Perro y eso ha sido siempre Perro. Más que carnaza underground, filete.

Yendo al disco: “¿Te Acuerdas?” tiene todo lo que llevó a la banda hasta su notable status. Un código propio (las letras se entienden de aquella manera, que ya es eso), hits melódicamente afilados para la encomienda (‘Escucha pariente’, ‘Gracias, de nada’, ‘Mes vas a perder’), agresividad (‘Coches chungos, trompos guapos’, ‘Dramones y Mazmorras’) e ideas nuevas. No dudan en hinchar los temas de ritmo y repetición para esculpir sus particulares Boteros sonoros. Van con todo, como el Bertín Toro de Osborne. En esa línea, ‘Alguien te mira’ cabalga los primeros segundos como una Gift Horse de IDLES. Aunque también están las chill, como ‘Y si no revienta’, más veraniega, de sol y Plastic Beach.

Seguramente, la primera mitad de este disco sea de las más colosales de su carrera, aunque esto no desmerece la segunda parte, y por extensión, el disco. Al revés. Lo decíamos al principio: el cuarteto apela a algo que justamente es lo que estripa los signos interrogativos como perro comiéndose los deberes. Eso quizá lo viste de pequeño en los dibujos que echaban por la tele, pero sea como sea, sube el volumen hasta el octavo punto, que dan un capítulo memorable en antena.



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