Yawners, el proyecto personal de la salmantina (residente en Madrid) Elena Nieto, da un nuevo paso firme en su trayectoria con la publicación hoy mismo de su tercer álbum «SUPERBUCLE«. En su nuevo largo se aprecia una resignificación de su fórmula sonora y de cómo ha decidido añadir nuevas capas sin perder su identidad esencial, en canciones que tratan sobre cotidianidad, empatía y sororidad en un contexto de ciclos continuos en los que vamos subiendo y bajando vitalmente. Sobre el disco y otras cuestiones hablamos con Elena vía Zoom a unas horas de que comience definitivamente este nuevo ”superbucle”.
Quiero empezar hablando sobre la portada de tu tercer y nuevo álbum «SUPERBUCLE». De primeras parece que se rompe la tendencia que se podría intuir con las portadas de «Just Calm Down» y «Duplo». Sin embargo, la «foto retrato» sigue estando ahí, pero en una posición más alejada y sentada en un sitio concreto entre varias posibilidades. ¿Crees que lxs oyentes pueden anticipar a través de la portada el cambio que se van a encontrar en tu tercer álbum (en términos de versatilidad y difuminación de tu sonido)?
La verdad es que existió la duda de si seguir la serie de foto retrato en primer plano con ese ángulo típico y característico de mis dos primeros discos. Finalmente, debido un poco también a la intrahistoria y a la narrativa de «SUPERBUCLE», decidimos mantener el formato retrato, pero con una perspectiva más alejada. Nos fuimos al cine de Torroella de Montgrí (Girona), y decidimos hacer una foto en un patio de butacas completamente vacío y en el cual las butacas llegan hasta el infinito, que no se consigue ver ni el final ni el principio, conmigo sola y sentada en el medio. El objetivo era alejarme de la imagen más naive que me acompañaba con los dos primeros discos y transmitir un poco más el matiz más serio que creo que acompaña a las canciones nuevas, ese aspecto más maduro, menos inocente y más seguro de unx mismx. También el rollo este de todas las butacas juntas y tal … creo que enfatiza mucho el concepto de «SUPERBUCLE». Y aparte, el hecho de estar mirando a una pantalla y por ende observando una historia que puede ser interminable, es algo que también alude al propio “superbucle”. Entonces, como el disco habla sobre una historia infinita que se repite cíclicamente, creí que poder representarlo a través de un patio de butacas en el cual no se ve ni su principio ni final fue una idea que retrata el concepto bastante bien. Y en términos sónicos creo que tambié va muy de la mano la portada con el disco, porque sí que es verdad que es más complejo que los anteriores, tiene como bastantes más capas y más profundidad, por lo que creo que la portada lo plasma guay.

¿Podrías darnos detalles acerca de las notas y garabatos que se perciben sobreexpuestos con la foto?¿Con qué intención son empleados dentro del concepto estético de la portada?
Para esto me inspiré mucho en lo que viene siendo un primer borrador de un guión o un primer borrador de una novela. Miguel Ángel Quiroga ha sido el diseñador que al final juntó todo esto. Un poco a través de esta inspiración que yo tuve, él me pidió si le podía mandar escaneado todos los manuscritos que yo tenía de cuando había empezado a escribir las letras. Ni siquiera los más definitivos, sino como los primeros donde hay más tachones, etc…, que al final también es algo que muy de la mano con todo lo del súper bucle, la idea de ir trazando una historia. Entonces fue él quien combinó la foto en el patio de butacas del cine con todos los garabatos. Y ha quedado muy chulo.
A lo largo de las 11 canciones que dan forma a «SUPERBUCLE», se distingue un importante protagonismo de la guitarra acústica, y la presencia de arreglos de producción reminiscentes de la música electónica son muy notorios (al menos en comparación con «Duplo»). ¿Qué te ha llevado a tomar estas decisiones estilísticas durante la composición del álbum?
En lo referente a la guitarra acústica, sí que es verdad que en los últimos tiempos (por no decir años) he escuchado bastante música más “minimalista”. En los últimos meses, aunque no ha influido en el proceso de composición en este caso, he escuchado mucho Waxahatchee, MJ Lenderman, boygenius… Sí que es cierto que puedo haberme visto influenciada por cosas menos duras y menos rockeras, por así decirlo, y por cosas más “light”. Y al final, pues supongo que lo he acabado aplicando en mi propio disco. Y sobre los componentes electrónicos: siempre ha sido algo que no ha estado dentro de mi “zona de confort”. Y para este tercer disco, en el momento de pre-producir todo el álbum (cosa que sí he hecho yo en mi casa) surgió la idea. Ya que mis otros dos discos son más puramente rock, pues me apeteció salirme un poco de ahí y ver hasta dónde podía llegar y si el resultado podía llegar a molar, claro. Entonces, al final creo que ha quedado un disco bastante más heterogéneo que los otros dos, pero con un resultado guay que no deja de ser Yawners. Tampoco se sale mucho de la línea.
Supongo que habrá influido esa decisión en contar con varios productores para este proyecto, si bien diría que Santi [Garcia, de Ultramarinos Costa Brava (Viva Belgrado, Toundra, …) – ndr.] ha desempeñando el rol principal…
Sí, con Santi al final grabé y coproduje la mayoría de las canciones. Pero luego, para las canciones que tenían un tinte un poco más diferente tomé la decisión de trabajar con Emili Bosch [Rigoberta Bandini, Cala Vento, Amaia], con Juan Pedrayes [Carolina Durante, Axolotes Mexicanos]… para ver qué podía pasar, ¿no? Salir de lo que ya conoces siempre supone un riesgo, evidentemente. Pero creo que en este caso dimos bastante en el clavo. Y se ha visto más posteriormente, porque las mezclas las hicieron Marcel Valles y David Soler [Maria Arnal, Alizzz], quienes realizaron un poco de mezcla creativa que ha servido bastante como argamasa para unificar todo. Aunque sí que es verdad que han participado distintos productores, luego en el resultado tampoco es tan evidente, creo.
¿Y cómo ha sido la grabación de la batería entonces? ¿Has vuelto a contar con Joan [Delgado, de Cala Vento – ndr.]?
Sí. Las baterías habitualmente las compongo yo inicialmente, pero tanto para «Duplo» como para este disco ha sido él quien las ha grabado en el estudio, porque él es mucho mejor batería que yo y al final, pues, mola que la batería esté guay, ¿no? Entonces me siento muy agradecida de que se haya sumado otra vez, y creo que el resultado está muy guay. Por lo demás, el resto de elementos los he vuelto a grabar yo en su totalidad.
Aparte del conjunto de referencias que has mencionado anteriormente, escuchando el álbum he percibido precisamente una inspiración (no sé si directa o indirecta) de Cala Vento en lo que se refiere a las ideas que han desarrollado últimamente en el estudio, en términos de producción…
Pues yo creo que directamente no, pero al final sí que es cierto que Cala Vento es un grupo que tiene bastantes influencias similares a las mías y que nos movemos en un ecosistema muy parecido, estamos en el mismo sello discográfico (bueno, que es el suyo propio y en el cual yo estoy)… Compartimos un montón de cosas, por lo que es posible que eso se pueda traducir a nivel de sonido. Pero bueno, yo a ellos les admiro mucho y creo que hacen las cosas muy bien, que es algo bastante admirable visto los tiempos que corren.
Desde luego. Y adrede de esta producción, ¿cómo tienes pensado llevar las canciones al directo? ¿Seguirás con el formato power trio, (y de nuevo acompañada por Teresa Iñesta [Repión, Aiko El Grupo] y Tomás Rey [Monteperdido, Ordesa]) o vas a expandir la formación?
Voy a seguir de momento en formato trío. Sí que es verdad que ahora no me van a acompañar Tomás y Teresa, porque Teresa está totalmente llena de conciertos con sus otros dos proyectos. Entonces, hemos llegamos un poco a la conclusión entre las dos de que, bueno, que era mejor que siguiera por su camino, porque estaba agobiadísima la verdad… Y ahora voy a ir en directo a la batería con Conrado Martín [Confeti De Odio], y al bajo se van alternando según cuestiones de agenda Tomás con Dani Rato. Pero sí que es cierto que siempre he tenido un poco la espinita de ampliar formación y ser cuatro personas sobre el escenario, quizás incluso cinco. Pero claro, esto es un poco “la carta a los reyes”, porque evidentemente a nivel logístico lo complica todo mucho más, a nivel financiero lo complica todo mucho más … Pero mi intención en un mundo ideal sería ser cinco en la banda, sería increíble.
Hablando de directos: teniendo la experiencia de poder haber girado por Europa presentando «Duplo», ¿qué diferencias has sido capaz de observar entre el público español y el europeo? Pienso fundamentalmente en las dinámicas de consumo y valoración de la música que influyen en el desarrollo de los conciertos, la dinámica entre músicx y audiencia, etc.
Creo que lo mítico que se dice es cierto, de que el público en España es más entregado y menos pasivo, ¿sabes? Aquí de repente, según el concierto, el público se puede volver muy loco y estar muy a tope. Y eso hace que tú encima del escenario te crezcas un montón, porque es un subidón, ¿sabes? Cuando hemos girado por Europa, diría que el público no ha sido tan entregado, en un término medio. Pero creo que no es una cuestión de disfrute del concierto, sino que es una cosa más cultural. Por ejemplo, cuando hicimos la gira por Reino Unido, ahí me di cuenta de una realidad que era muy fácil de ver. Allí la cultura del rock la respiran cada día. Aquí lo veo como un poco más de nicho, mientras allí es como lo más normal del mundo. Y en cada ciudad hay 700 conciertos cada noche, en el cole todo el mundo tiene una banda… Es como jugar a los Pokémon, ¿sabes? A lo mejor aquí si tienes un grupo y te va medio bien eres más especial, pero eso no te ocurriría en Inglaterra, creo.
Y supongo que tendrás la intención de, finalmente, poder girar por primera vez en lugares como Japón y América (si mal no recuerdo había esa intención, al menos para Japón, pero no se pudo llevar a cabo, corrígeme si me equivoco).
Claro, con Japón lo que pasó fue la pandemia, ya que el país cerró las fronteras hasta hace relativamente poco que las han vuelto a abrir. Entonces, gracias al apoyo del sello en Japón que edita ahí el disco [Inpartmaint Inc. – ndr.], la intención es intentar ir con este. Y lo mismo con Estados Unidos. Concretamente son dos destinos a los cuales no es fácil ir. Porque hay una serie de elementos (pagar visados, etc…) por los que no es como irte de gira por Europa, evidentemente. Pero bueno, la intención está ahí y la verdad que creo que es el momento con este disco, creo que sí.
Volviendo a «SUPERBUCLE», diría que las temáticas líricas son las mismas de las que se nutre Duplo, pero con un cambio de enfoque, contigo siendo espectadora (como se observa en la portada) de los demás, y viendo cómo se repiten los mismos comportamientos que se podrían manifestar en ti. ¿Cómo llegaste a este concepto, o qué te llevó a plantear esta serie de ideas por este camino particular?
El concepto del “superbucle” lo intento plasmar a través de una serie de narrativas, una serie de historias que comienzan con ‘Un día genial’ y terminan en ‘Un día horrible’, pero vuelven a ‘Un día genial’ y también a ‘Un día horrible’. Es un bucle, una historia interminable. Y lo que he intentado plasmar con esto, que son todo historias cotidianas (y además contadas de manera muy literal) es intentar transmitir que al final las cosas que me pasan a mí en este caso también te pueden pasar a ti. Y que al final del día nadie es tan especial como a veces nos podemos llegar a creer. Creo que es importante fomentar un poco la empatía con el prójimo, ¿no? Y pensar “Bueno, hoy yo tengo un día genial, pero a lo mejor tú tienes un día horrible, pero tranquilo que a mí ya me llegará el día horrible y a ti ya te llegará el día genial.”, ¿sabes? Entonces es un poco esto… y un poco un bucle de comportamiento humano también, que al final todos por lo general, (siempre hay excepciones) en ocasiones nos parecemos mucho unos con otros.
Precisamente, que ya has mencionado cómo conectan el inicio y el final del álbum (por los títulos similares y un poco por cómo fluye estilísticamente)… Esta idea que presentas de la empatía y sororidad vitales de lxs unxs con lxs otrxs, ¿la expresas tras realizar un ejercicio de introspección a lo largo del tracklist?
Sí, totalmente. Al final, dentro de que yo siempre escribo letras muy literales y muy cotidianas, creo que a lo largo de los años he ido como dándome cuenta de muchas cosas. Y a pesar de que en el disco hay letras que podrían considerarse un poco “banales”, creo que en todo hay un transfondo. Por ejemplo, en la canción de ‘Merienda-cena’, literalmente parece que estoy diciendo una gilipollez…, pero no lo es, porque estoy hablando de un momento que te hace feliz… ¿Qué es la vida si no esos momentos? No hace falta mucha metáfora ni mucha metafísica para plasmar las cosas que realmente importan.
Recalando en lo que ya parece ser una pregunta protocolaria: respecto al juego de idiomas en «Just Calm Down», se diría que le has dado la vuelta a la tortilla, ya que en esta ocasión sale un tema escrito en inglés, mientras que el resto están en castellano. Además, en una entrevista para Fantasticmag decías que te resulta más complicado escribir en castellano, y que percibes el inglés como una lengua más “melódica”. ¿Qué ha cambiado en esta ocasión?
Me lo sigue pareciendo, ¿eh? A nivel de fraseo y tal, creo que el inglés musicalmente funciona mejor. Diría que es un hecho. “¿Qué ha pasado en este disco?” Pues no lo sé, porque no ha sido una decisión consciente lo de escribirlo casi todo en castellano. Supongo que, como ya el «Duplo» me salió mitad y mitad, yo misma ya me he ido viendo más cómoda con el castellano, y me ha ido saliendo más naturalmente. También es cierto que en «SUPERBUCLE» hablo de cosas que me han pasado en mi entorno más de aquí, mientras que cuando escribí los otros discos anteriores yo estaba viviendo fuera. Entonces yo qué sé… pues hablo de mi padre, hablo de tal… y creo que se me haría un poco raro narrar esas cosas en un idioma que no es el propio, ¿sabes? Por la propia intrahistoria de las canciones. Pero bueno, al final me ha quedado así, ya te digo que no ha sido una decisión consciente, creo que no.
En cuanto a referencias, sumado a lo comentado con anterioridad, ¿dirías que en el disco has explorado los aspectos menos usuales de tus influencias más clásicas? ¿O quizás los sonidos que se pueden encontrar en bandas de esta ola de “revival” del pop punk y que, al igual que haces tú, reflejan esas inspiraciones clásicas con una identidad más personal?
Pues no lo sé. Creo que mis influencias grandes siempre han sido las mismas, ¿no? Que es el indie rock de los 90, el punk pop “dosmilero”… Y creo que de eso no me voy a librar nunca, ¿sabes? [risas].Que no es que quiera librarme, es parte de mi ser y así soy yo. Pero creo que tampoco puedes hacer el mismo disco dos veces, ¿no? Entonces, al final acaban subyaciendo cosas que a lo mejor no te esperabas o que a lo mejor te apetece más explorar… Es que es complicado eso porque el tema de las influencias es algo tan poco consciente y algo que de repente aflora y no te das cuenta, que luego es un poco complicado de autoanalizar, ¿sabes? A lo mejor hay gente que dice “Venga, pues ahora voy a hacer un disco más hardcore”. No sé, en mi caso no es así, yo hago lo que me sale, y ya está.
Pues sí. Quizás sea una pregunta más apropiada para cualquier banda en sus inicios que todavía esté buscando su sonido, pero claro… llegados a un tercer álbum pues como que ya es algo más introspectivo. Y claro, no piensas bien en ello porque es automático, como tú bien dices.
Sí, total. Es que en mi caso no es algo consciente, y es que “¿Qué son las influencias?” No sé… También creo que si te obsesionas mucho con eso acabas haciendo un ejercicio de estilo y eso tampoco mola, ¿sabes? Es un tema muy complicado.
Has hablado en ocasiones sobre discos sin los que Yawners no hubiera sido Yawners? «Blue Album», «Enema of the State», «Never Hungover Again» de los Joyce Manor… ¿Existe algún disco de la última década, incluso del lustro, que pueda estar en la misma conversación que esos álbumes para ti? Buah, esto tendría que pensármelo, ¿eh?… Pues cualquiera de Tigers Jaw o de Joyce Manor, por ejemplo. Es que son grupos que me gustan mucho, ¿eh?… Mira, por ejemplo, te diré el último disco de Macseal, que también comparten sello conmigo en Estados Unidos [Counter Intuitive – ndr.]. Pero claro, ya te digo que a nivel de influencias es muy difícil.
Más historias
El fondo proisraelí KKR toma el control de varios festivales españoles de música (Sónar, Resurrection Fest…)
Inminente anuncio del nuevo festival de Nine Inch Nails
Nation Of Language ofrecerán conciertos en Madrid (La Riviera) y Barcelona (Razzmatazz)